Discurso acto político FENALEM 2022 San Miguel de Allende

Por Fanny Morán

Era el año 2018 cuando escuché, por primera vez, de la existencia del proyecto cultural llamado Escritoras Mexicanas que prometía promover a las escritoras de todos los tiempos. Y así lo hacía y lo sigue haciendo; después de cuatro años las cosas han cambiado: antes éramos 3, ahora somos 10.

Todo pasó en plena época pandémica. Cada año, Escritoras Mexicanas lanza una convocatoria para participar en la Antología de Cuento Corto. En el 2020, cuando los espacios de presentación se redujeron, el asignado a la antología también pereció. Entonces, Cristina Liceaga, fundadora de EscritorasMx, utilizó las redes sociales para externar la tristeza y desánimo que esa situación le provocaba. Fue entonces que 16 mujeres decidimos tomar cartas en el asunto. Después de 3 años, las cosas también han cambiado y hoy en San Miguel Allende nos encontramos 8 de las 10 integrantes del Comité Organizador de la FENALEM. Mujeres que decidimos tomar al toro por los cuernos y crear un espacio para poder promover nuestras obras; pero en este plan, nos dimos cuenta de que también era necesario para muchas más escritoras y, sobre todo, era más que necesario para nuestra historia., no sólo la oficial, la que se escribe con H mayúscula, en donde por años se no sin visibilizó, también es necesario para la historia de nuestro género.

Por eso, como un acto de rebeldía con el objetivo de construir y crear un cuarto propio, esta vez en colectivo, esta vez en manada, decidimos lanzarnos al ruedo y crear una feria que fuese el telescopio por el que diferentes ojos conocieran nuevas estrellas y reiterará su gusto por las ya descubiertas.

La FENALEM (Feria Nacional del libro de Escritoras Mexicanas) no es sólo un espacio más de presentación, queremos, deseamos y procuramos que se convierta en las páginas escritas que la historia ha borrado.

En esta aventura de embarcarnos en lo desconocido, intentando hacer malabares con nuestros talentos, conocimientos y propios recursos, experimentando, fallando, volviendo a intentar, hemos llegado, por fin, después de 2 ediciones virtuales, a la tercera edición que se presenta de forma híbrida: virtual y presencial. Logro y nivel que ha sido desbloqueado gracias al esfuerzo, perseverancia y tozudez, como diría Cristina Liceaga, de las integrantes de este comité.

Fue Cris quien inició todo; primero, al fundar y lanzar al mar un barco llamado Escritoras Mexicanas; después, al convocarnos, de alguna forma, con aquel mensaje escrito en redes que fue el pretexto que hoy nos ha llevado a una gira por varios municipios de Guanajuato.

Zarpamos del puerto de la Ciudad de México y visitamos Acámbaro, Jerécuaro, Guanajuato, para terminar en San Miguel Allende. Cerraremos aquí la lucha de este año. A las 8:00 de la noche de este día, habremos escuchado a más de 100 escritoras hablando de sus obras, que van desde la violencia a lo fantástico, la vida, la maternidad, entre otros temas.

La lucha continúa desde las letras, la gestión, el registro histórico oficial. Este trabajo no termina aquí. Seguiremos abriendo espacios en donde nos los han cerrado; seguiremos nombrando a las escritoras hasta que sus nombres queden grabados en papel y en la memoria, para que no vuelva a faltar a quién nombrar, que no exista más un hueco entre Sor Juana y Rosario Castellanos, entre Cristina Rivera Garza y Brenda Navarro.

Agradezco a quienes han confiado y apoyado este proyecto que se sostiene de las esperanzas y deseos de un comité. Agradezco a mi manada: Perla, Lupita, Jaz, Came, Maru, Ale, Elsa, Marisol y Paty por ser mis compañeras en una lucha que antes habría parecido imposible. Agradezco a Camelia Rosío, quien en esta edición logró lo que no imaginábamos.

Escritoras, sigamos escribiendo, sigamos nombrándonos hasta que nuestros nombres no se disuelvan en el viento.

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